El Plan Nacional de Calle es una iniciativa intersectorial e
interministerial que tiene por objetivo la construcción de la política pública
para personas en situación de calle.
Esta política pública tiene 3 objetivos principales:
La prevención de la situación de calle. Esto implica reducir y atenuar los
problemas que ocurren cuando las personas egresan de los medios
institucionalizados, tales como los sistemas carcelarios o los sistemas
residenciales de infancia. Mientras en las cárceles no existen programas de
reinserción social, en el caso de los hogares de menores éstos muchas veces no
cuentan con programas de egreso que aseguren la inclusión de los jóvenes.
La protección de las personas. Es algo fundamental, dado que las condiciones
en las que viven las personas en situación de calle representan un riesgo para
su integridad. Proteger a quienes viven en situación de calle es, en un último
término, proteger la vida de las personas del deterioro y la muerte en calle.
La promoción social para personas en situación de calle. Este aspecto es clave, ya
que supone la activación de las capacidades con las que ellos cuentan para
ponerlos al servicio de cada uno de sus proyectos. De esta manera, se apoyan
procesos de inclusión activa mediante el empleo, coordinando acciones con el
mercado laboral.
De acuerdo con los objetivos, la política pública para personas
en situación de calle se organiza con énfasis en tres áreas principales:
Habitabilidad, Salud y Empleabilidad.
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